La pila de hidrógeno fue inventada al final del siglo XIX, y un siglo después comenzó a ser utilizada por la NASA para sus viajes especiales.
Mediante combinación de hidrógeno y oxígeno, las células de combustible puede producir suficiente energía eléctrica emitiendo como residuo únicamente agua pura.
Son tan limpias que actualmente los astronautas beben el agua producida por las células de combustible del trasbordador especial. El hidrógeno se puede obtener de combustibles como el gas natural.
Gracias a las llamadas “micro celdas de combustible”,
que funcionan con hidrógeno y convierten la energía química en
eléctrica, los ordenadores podrán funcionar sin necesidad de batería o
de estar enchufados a la corriente, lo cual supondrá que disminuyan las
emisiones de CO2 con las que los usuarios de tecnología contribuímos al
deterioro del medio ambiente.
Además, el ahorro energético que suponen las micro
céldas de combustible, se traduce también en un importante ahorro
económico, por lo que esta tecnología puede ser muy interesante para los
intereses de las empresas.